Si nos fijamos en la naturaleza nos damos cuenta de que nada se acumula, sino que todo se transforma. Por ejemplo, las plantas absorben la luz del sol, sus hojas crecen, se crean nuevas semillas y esas semillas se pueden volver a plantar para comenzar de nuevo el ciclo de la vida.
Actualmente compramos cosas como ropa o juguetes y cuando no sirven o los tiramos o los intentamos reciclar, si es posible. La economía circular está relacionada con el desarrollo sostenible y los ODS y se basa en la utilización de los recursos de forma que se aprovechen y se reduzcan los residuos a la vez que se protege el medioambiente.
La idea es que, por ejemplo, en una fábrica de juguetes, se fabriquen juegos que cumplan una serie de requisitos:
- Durar el mayor tiempo posible.
- Poderse reparar si se estropean o se rompen.
- Los materiales de los que están hechos esos juegos deben poder reciclarse cuando acabe su vida útil
En definitiva, el objetivo de la economía circular es que se fabriquen productos (como los juguetes) que duren mucho tiempo, que sean de mejor calidad y que estén hechos de materiales que se puedan utilizar de nuevo, de manera que se eliminen los residuos.
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